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Aliviar el dolor

El dolor es un trastorno frecuente que la mayoría de las veces provoca una sensación molesta limitando la habilidad y la capacidad de las personas e interfiriendo en sus actividades cotidianas. Aunque el dolor es siempre subjetivo y cada persona lo experimenta de una manera distinta, todos tendemos de manera inconsciente a buscar remedios para calmarlo o aliviarlo, para ello habitualmente recurrimos a medicamentos sin darnos cuenta de que lo más efectivo y duradero, es saber manejar ese dolor, utilizando las técnicas y tecnologías más adecuadas al tipo de dolor que experimentemos.

Tratar el dolor y calmar el dolor es posible si entendemos cuál es su causa y cuál es el tratamiento adecuado.

En tratamientodeldolor.com te ayudamos a escoger los dispositivos de calidad y plenamente testados, adecuados para tratar y calmar los dolores más frecuentes. Así como a conocer las técnicas que nos permiten aumentar el nivel de tolerancia del dolor.

¿Por qué sentimos dolor?

El dolor está controlado por el sistema nervioso y es un proceso complejo en el que intervienen las células, la médula espinal y el cerebro y que puede ir acompañado de náuseas, mareo y debilidad. Por tanto el dolor es una señal de alerta que emite el sistema nervioso.

Podemos decir que el dolor es un mecanismo de aviso de que algo no anda bien. Es decir es el centinela que nos alerta con una sensación desagradable (hormigueo, molestia, pinchazo,…),   para que nos protejamos de un daño mayor.

El dolor se puede manifestar en nuestro cuerpo de forma generalizada, o de forma localizada en la espalda, en el abdomen, en las piernas, en el hombro, etc.

A grandes rasgos, existen dos tipos de dolor:

  • Dolor agudo: Aparece de repente debido a una enfermedad, lesión o inflamación. Generalmente después de un tratamiento adecuado desaparece, aunque a veces puede convertirse en dolor crónico.
  • Dolor crónico: Es el que perdura en el tiempo, por ejemplo la artritis o a enfermedades afines como la fibromialgia, y al que debemos combatir con una estrategia adecuada para mitigarlo.

¿Cómo calmar el dolor?

Habitualmente cuando sentimos dolor, sentimos la necesidad, ya sea por una cuestión social o de educación, de recurrir a medicamentos que pueden generar efectos secundarios e incluso adicción. Es por ello que se recomienda acudir primero a tratamientos y técnicas que eliminen o reduzcan el uso de dichos medicamentos.

Es importante destacar que cada persona percibe el dolor de manera diferente y su reacción ante el mismo depende tanto de sus estados emocionales como de la fatiga o el estrés al que esté sometido.

El primer paso para calmar el dolor, es aprender a controlarlo. Y para controlar el dolor lo primero que debemos hacer es cambiar nuestra actitud hacia el dolor.

Debemos centrar nuestra rutina cotidiana en torno al bienestar y no entorno al dolor. Mientras más pendientes, estemos del dolor con más intensidad lo percibiremos.

No debemos pensar en el dolor como algo malo, sino como un mensaje de nuestro cuerpo para que cambiemos de hábitos, por ejemplo si un dolor de espalda se agudiza tras permanecer sentado un tiempo en el sofá, quizás debamos percibir ese dolor como una alerta de que nos sentemos en una silla que nos permita tener una posición más erguida.

Esta forma de pensar en el dolor nos llevará a analizar nuestros hábitos cotidianos, y por ende a cambiar aquellos hábitos que hacen que el dolor esté presente en nuestra percepción.

Nuestra mente es la que manda en la percepción y atenuación del dolor, por tanto es necesario tomar acción manteniendo pensamientos positivos, que harán que el cuerpo produzca sustancias que tratan de eliminar el dolor, como las llamadas endorfinas.

Las terapias de luz polarizada: La fototerapia alivia el dolor de forma eficaz. La terapia tiene potentes efectos analgésicos que consiguen calmar el dolor de forma rápida y duradera en reumatología, fisioterapia y medicina deportiva.

Las terapias con infrarrojos: La utilización de rayos infrarrojos para aliviar el dolor es una técnica muy utilizada que ha arrojado excelentes resultados para dolores musculares ligeros. Su aplicación aumenta la circulación sanguínea. Es una terapia muy recomendada para procesos de tendinitis.